El Pirineo aragonés tiene lugares mágicos y maravillosos para perderse en otoño. Si por algo destaca nuestra provincia, es por el esplendor de la naturaleza. Valles, ríos, montañas y picos, … es por eso que hoy queremos dejaros un listado con los mejores y más espectaculares bosques del Alto Aragón que ahora más que nunca vamos a disfrutar con la explosión de colores y tonalidades otoñales. En Huesca hay muchos lugares donde vivir el otoño en toda su intensidad.
BOSQUES DE LOS PIRINEOS
1. MIRADOR DE LOS BUCARDOS: UN OTOÑO ENTRE CASCADAS
Para encontrar esta postal otoñal hay que calzarse las botas y caminar por el amplio Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. No hay que asustarse, que es una ruta asequible para cualquier caminante. El circuito es circular, así que no hay posibilidad de perderse. La excursión pasa por las cascadas de Arripas, la Cueva y del Estrecho. Precisamente a la derecha de la cascada de Arripas, se encuentra el mirador de los Bucardos, desde el que hay unas vistas perfectas de los farallones de Gallineros y Fraucata, del Valle de Ordesa y del río Arazas.
2. VALLE DE PINETA: EL OTOÑO MÁS ACCESIBLE
El valle de Pineta es un apacible y bucólico valle con el típico perfil en U de origen glaciar. Rodeado de poderosas crestas y boscosas laderas, termina ante la mole de las Tres Sorores: Monte Perdido, el Cilindro de Marboré y el Soum de Ramond, que te obligarán a levantar la vista hasta sus más de 3.000 metros. Una postal perfecta del otoño aragonés: espesos bosques de pinos, salpicados por abetos y hayas que explotan en colores, cubren las laderas de los monte entre los pastos alpinos. La imagen sobrecoge de forma sublime por las altas crestas y escarpadas montañas de origen glaciar, en las que es fácil divisar salvajes caídas de agua, que lo rodean.
3. SELVA DE OZA: OTOÑO CON TURQUESA
En la cabecera del valle de Hecho, la selva de Oza es uno de los rincones más sublimes del Alto Aragón. Lo de llamarla selva no es una exageración, sino que es lo que se merece esta mágica masa forestal de hayas y abetos que protagonizan uno de los paisajes otoñales de Huesca más bellos. Es más que un bosque porque se sitúa sobre los 1.000 m. de altitud y presenta especies herbáceas en el piso inferior. Aquí, se pueden ver los turquesas del barranco Estribiella junto a los dorados de las hayas que filtran la luz. Hay multitud de senderos para descubrir los rincones más bellos de este paraje natural pero no solo hay árboles. Osos pardos, sarrios, jabalíes, corzos, quebrantahuesos… infinidad de animales han elegido este lugar como su hogar. La mano del hombre también llega hasta aquí, y durante un paseo por la zona se puede encontrar casas derruidas, una calzada romana e incluso dólmenes.
4. BUJARUELO: EL OTOÑO EN EL CAMINO
Muy cerca del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, aparece el valle de Bujaruelo, y en él, el bosque mixto del Cobatar, un espacio ideal para caminantes que prefieran aislarse un poco del tránsito que concentra Ordesa. El valle ha estado ocupado desde tiempos medievales, ya que en la época fue un importante paso a Francia a través del Pirineo. El camino permitía la comunicación con San Juan de Gavarnie de forma fácil, por lo que de seguida se convirtió en una de las vías de comunicación más frecuentadas del sector central pirenaico. De todo aquel tránsito, quedan los restos de la iglesia románica dedicada a San Nicolás del siglo XIII, junto al hospital de peregrinos que hoy funciona como albergue, o el viejo puente de piedra que aún resiste sobre el río Ara, la postal perfecta del valle.
5. BOSQUE DE LA PARDINA BALLARÍN: DONDE EL OTOÑO ES SINFONÍA
El bosque de la Pardina del Señor o de la Pardina Ballarín, en Fanlo, está considerado uno de los doce bosques españoles más bonitos para visitar en otoño, siendo una parte de las selvas que se extienden en el valle del Chate. El nombre, casi más propio de un mapa legendario, puede caer simpático de primeras; pero si se visita este corro forestal en el valle del Chate en otoño, la simpatía pasará a total enamoramiento. Es una auténtica maravilla ver como el verde da paso a una sinfonía colorida elaborada por los abedules, los chopos, las hayas, los arces y álamos. Muy próximo al valle de Ordesa y al cañón de Añisclo, esta maravilla del Pirineo aragonés se puede recorrer por el camino que conecta el valle de Vió con el valle de Broto. Se accede al sendero a poca distancia de la oficina de turismo de Fanlo. A poco más de una hora de comenzar a caminar se llegará a la antigua Pardina Ballarín que da nombre al entorno.
Os animamos a recorrer estos mágicos bosques de la provincia de Huesca y disfrutar de sus maravillosos paisajes, siempre acompañados con los mejores productos artesanales de la zona, para reponer energía después de la caminata: unas rebanadas dejan con un poco de nuestros patés y quesos artesanos. Disponibles en nuestra tienda online en Avi Selection