En las Fallas del Pirineo, las primeras variaciones comienzan con las denominaciones. La quema o cremá de las fallas o del haro, la bajada o baixada, shasclar (astillar), quilha (plantación) y biga son términos habituales en las localidades de las Fallas del Pirineo.
Sin duda, los elementos comunes y básicos de esta fiesta son la falla y el faro. La falla se refiere a la antorcha y el faro a una luz visible desde lejos.
La noche del 23 de junio se celebra en muchos lugares del Altoaragón. En esa noche mágica podemos elegir aquí entre quedarnos en San Juan de Plan , subir con los vecinos hasta La Falleta y celebrar con ellos la hoguera, o llegar hasta la Basa de la Mora y “sanjuanarnos” allí esperando ver a la princesa mora al amanecer… Vamos a lo seguro, a La Falleta.
A partir de las ocho de la tarde los vecinos y los que no lo son, comienzan a subir hasta La Falleta, muy cerca de la ermita de San Mamés, donde se reúnen para esperar la puesta de sol y la llegada de la noche cerrada. Desde el puente sobre el Cinqueta nos conduce una senda, empinada en algún tramo, que en poco más de media hora nos acerca a los que ya están aguardando el atardecer con un tentempié que hace más corta la espera.
El día ha sido caluroso pero la noche es fresca y a algún despistado le sorprende y lo siente… pero ya es tarde para poder reaccionar; tendrá que esperar al fuego entrar en calor.
Poco a poco van llegando las teas o tiedas y la leña que iluminará la noche en la montaña. Todos cogemos una (o varias) para el descenso hasta San Juan. Al mismo tiempo crece la ansiedad y la impaciencia cuando la oscuridad es casi total y la hoguera todavía no ha sido encendida… Es entonces cuando comienzan los toques de cuerno anunciando a los que allí estamos y a los que esperan en el pueblo que la celebración va a comenzar.
Se enciende la hoguera y de forma rápida y de alguna manera organizada, se encienden las teas para comenzar la bajada por la misma senda por la que subimos. Al frente se sigue anunciando la bajada con toques, silbidos y gritos que resuenan en el valle. El descenso es ligero pero las teas iluminan nuestros pasos y en un rato, que parece corto, llegamos hasta el puente sobre el Cinqueta.
Es en el puente donde se produce el reagrupamiento y da comienzo la última parte de la celebración. Los que tienen fuerzas empiezan una carrera con teas encendidas y cuya meta es la puerta de la iglesia y del cementerio; los primeros que lleguen con el fuego encendido recibirán su premio.
A la entrada del cementerio, se enciende otra hoguera con las teas que han bajado desde La Falleta. Un coro de personas entona un himno en honor a San Juan tras el cual todo el mundo se va a cenar, que después continúa la fiesta pero será a buen resguardo y con orquesta.
La fiesta de La Falleta comenzaba como decíamos a la puesta del sol, así que durante el día podemos disfrutar también un vermut artesanal, vino Somontano o cerveza artesana acompañado de embutidos de la zona.
Este año 2021 no se va a poder celebrar, debido a las medidas adoptadas por la pandemia, ¡pero os animamos a descubrir las diversas Fallas del Pirineo los próximos años!