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Desde siempre, Les Roques de la Vila ha sido el nombre con el que se ha conocido a esta formación geológica, aunque actualmente es más conocida como la Muralla China de Finestres.
Se trata de una excursión sin mucha dificultad que se puede hacer en coche o siguiendo una sencilla ruta de senderismo.
Para llegar tomamos la N-230, de Lleida dirección al Vall d´Aran y en el Km. 54, pasado el aeródromo de Benabarre, nos desviamos al pueblo de Estopiñan (Huesca). Un par de kilómetros más adelante hay un desvío a la izquierda, hacia Caserres del Castillo (Huesca) y, a través de pistas forestales, aptas para un vehículo normal salvo que el camino no esté embarrado por culpa de la lluvia, conducimos durante 6 km, atravesando el Puente de Penavera, hasta llegar al pantano de Canelles y el pueblo de Finestres. Un bello recorrido que culmina con la aparición de dicha muralla.
Recorremos unos km más hasta llegar al pueblo abandonado de Finestres. Aparcamos el coche a la entrada del pueblo cubierto de la maleza que engulle los restos de las antiguas edificaciones. Al fondo vemos el pantano.
Nos introducimos entre las ruinas y, tomando la única calle que articula el pueblo, encontramos sendas flechas que indican el camino hacia las dos ermitas: San Marcos y San Vicente.
Tomamos primero el sendero que asciende hasta la ermita de Sant Marc, y en menos de cinco minutos, desde la ermita de San Marc, disfrutamos de unas magníficas vistas de la espectacular Muralla China de Finestres, que atraviesa el canal de Canelles.
El pantano de Canelles está situado entre la vertiente aragonesa del Montsec (llamado Montsec d’Estall), y del Montsec d’Ares, éste en territorio catalán.
Regresamos al pueblo y seguimos por otro indicativo que señala la ermita de Sant Vicenç.
El camino, con algo más de dificultad, comienza con un fuerte descenso hasta el Barranc de Sabinós hasta encontrar un cruce de caminos que nos lleva al pie de la muralla y, paralelamente a ésta, seguimos por el sendero que va ascendiendo hasta llegar a los restos del castillo de Finestres, donde se encuentran las ruinas de la ermita de San Viçenç encaramadas a la espectacular formación rocosa.
Un lugar privilegiado con magníficas panorámicas sobre el pantano de Canelles. La excursión merece la pena, especialmente si os tomáis un tiempo para disfrutar del paisaje mientras saboreáis un aperitivo o merienda a base de productos artesanales típicos de la zona como el fuet, Longaniza de Graus o unos deliciosos Chocolates Brescó.
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