Uno de los embutidos típicos de Aragón es la butifarra.
Es muy popular en nuestra dieta porque siempre ha estado ligado a la cultura rural en Aragón. Existen variedades muy definidas de butifarra en función del lugar donde se elaboran.
La butifarra en Aragón se hace con trozos de la cabeza y la cara del cerdo; algunas variedades llevan también lengua, piel o corteza del cerdo. Todo ello se pica y cuece durante varias horas para que la carne esté blanca y suave. No se añade nada de sangre, lo cual sumado a las especias, le dan un gusto exquisito que hace a cada una de ellas diferente.
Es un producto con muy poca grasa porque cuenta con añadidos de las ternillas y las pieles del cerdo, sin grasa animal. Por otro lado, es un producto muy rico en colágeno, lo que lo hace el tentempié perfecto para muchos. Es importante aclarar que no se debe confundir el colágeno con la grasa, como popularmente ocurre.
Si quieres mantener sus propiedades como portador de colágeno, consume la butifarra aragonesa cruda, ya que el calor disuelve el colágeno y lo funde, provocando que pierda su textura y la sensación de estar comiendo un embutido.